Catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga
10/02/12. Opinión. “La anormal tasa de enfermedades del tiroides (incluyendo cáncer) entre profesores, personal administrativo y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación preocupó a sus miembros, solicitando el decanato en noviembre 2008 un estudio sobre...
OPINIÓN. Tribuna
abierta. Por Demetrio E. Brisset
Catedrático
de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga
10/02/12. Opinión. “La
anormal tasa de enfermedades del tiroides (incluyendo cáncer) entre profesores,
personal administrativo y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación preocupó
a sus miembros, solicitando el decanato en noviembre 2008 un estudio sobre la
contaminación electromagnética del edificio, que realizó el perito Pedro Cores.
Sus mediciones mostraron elevados valores, que disminuían de modo casi lineal
al alejarse de las líneas de alta tensión. En la parte opuesta del edificio, un
transformador eléctrico producía otro campo electromagnético, lo que le llevó a
dictaminar que la facultad presentaba el ‘síndrome del edificio enfermo”.
Demetrio E. Brisset alerta en esta colaboración con EL OBSERVADOR /
www.revistaelobservador.com de los
riesgos que puede acarrear para la salud pública la construcción del nuevo
aulario de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga.
Aulas de alto voltaje
en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Málaga con una preocupante tasa de
enfermedades de tiroides
EN el campus universitario de Teatinos ha comenzado a construirse
un aulario justo debajo de un tendido eléctrico de alta tensión. La aledaña Facultad de Ciencias de la
Comunicación ha experimentado numerosos casos de trastornos
del tiroides, una glándula muy sensible a las radiaciones electromagnéticas.
HACE pocos años, la anormal tasa de enfermedades del tiroides
(incluyendo cáncer) entre profesores, personal administrativo y alumnos de esta
facultad, despertó la alarma. Las sospechas recaían en los cables de alta
tensión junto a los que se edificó el campus de Teatinos. El departamento de
salud laboral de la UMA
desconoce el número total de afectados en este campus, ya que la Ley de Protección de Datos
impide acceder a las causas de las bajas del personal universitario.
LA elevada incidencia que mostraba Ciencias de la Comunicación preocupó
a sus miembros, solicitando el decanato en noviembre 2008 un estudio sobre la
contaminación electromagnética del edificio, que realizó el perito Pedro Cores.
Sus mediciones mostraron elevados valores, que disminuían de modo casi lineal
al alejarse de las líneas de alta tensión. En la parte opuesta del edificio, un
transformador eléctrico producía otro campo electromagnético, lo que le llevó a
dictaminar que la facultad presentaba “el síndrome del edificio enfermo”.
LA
Junta de Centro
solicitó oficialmente al Rectorado que hiciera las gestiones necesarias para
soterrar los cables de alta tensión a su paso por el campus. Como respuesta, se
encargó otra medición a técnicos de la
UMA, que informaron que los niveles de radiación estaban muy
por debajo de los admitidos (regulados por el R.D. 1066/2001), y se dio
carpetazo al asunto.
EL tema de a qué nivel la radiación electromagnética puede
convertirse en perjudicial al organismo humano, sigue siendo polémico a nivel
internacional, puesto que todavía no ha transcurrido el suficiente tiempo como
para obtener resultados concluyentes de las investigaciones en curso. Ahora
bien, debe reconocerse que no es lo mismo estar sometido un momento, a pasar
varias horas todos los días recibiendo dicha radiación (el símil de la débil
gota de agua que con el tiempo horada la roca podría aplicarse). Por otro lado,
son enormes los intereses económicos en juego en el ámbito de la
telecomunicación, y la salud de los consumidores puede no ser su principal
preocupación (recuérdense los años que se tardó en reconocer que fumar es
perjudicial, en gran parte gracias a las presiones de la industria tabaquera).
Las antenas-repetidoras de telefonía móvil en los cascos urbanos, o el uso de
los móviles junto al cerebro, son otros temas conflictivos.
EN todo caso, no parece lo más
sensato construir un aulario, donde cientos de personas pasarán jornadas
enteras, debajo de una línea de alta tensión. Si la UMA quiere ser un referente en
excelencia, debería preocuparse en primer lugar por la salud de sus miembros.
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